Por Dr. Salam Al Rabadi
Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG, Argentina 2020.
En
primer lugar, al dar una visión general de los diferentes marcos conceptuales
para la diplomacia, se debe hacer una distinción entre la diplomacia y los
diplomáticos. Para poder enmarcar los problemas a nivel de las relaciones
internacionales, es posible que haya diplomacia sin diplomáticos, lo que
significa que los diplomáticos están ausentes de participar en la formulación
de políticas y las decisiones diplomáticas y políticas, además de su exposición
a la marginación al elaborar, trazar e implementar planes estratégicos. Por
lo tanto, esto inevitablemente requiere una distinción entre la diplomacia como
decisión estratégica y los diplomáticos como actores influyentes.
En
el mismo contexto, debemos tener en cuenta la existencia de nuevos patrones
complejos a nivel económico, ambiental, tecnológico y de salud, que dieron
lugar a la creciente influencia de algunos nuevos actores en el ámbito mundial,
por lo que el campo internacional no permaneció monopolizado sólo en las
actividades del Estado. En consecuencia, dependiendo de la influencia de los
nuevos actores, lo que está en juego en las relaciones internacionales se
relacionó más estrechamente con las cuestiones humanitarias. En consecuencia,
existen nuevos y diferentes métodos de trabajo diplomático, como la diplomacia
científica, la diplomacia ambiental, la diplomacia tecnológica, la diplomacia
demográfica, la diplomacia de la salud, etc.
En
este marco, hay muchas pruebas que demuestran que la diplomacia tradicional de
los países por sí sola ya no es capaz de definir las relaciones
internacionales, ya que es posible ir a las reuniones de la Organización
Mundial del Comercio (OMC) y ver cuán eficaz es la diplomacia de estos nuevos
actores. Además, las conferencias sobre el desarrollo sostenible en su conjunto
reflejan el alcance de este impacto, así como la mayoría de los acuerdos
mundiales no podrían haber existido sin esa diplomacia, como los acuerdos para
reducir y cancelar las deudas de los países pobres, sin mencionar el Tratado de
Prohibición de minas (Tratado de Ottawa), el Convenio sobre la Diversidad
Biológica y todos los acuerdos ambientales, etcétera.
Además,
si seguimos todos los acontecimientos relacionados con el papel y la eficacia
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel de la crisis pandémica
“Covid-19” en el año 2020, podemos decir que reflejan en algunos aspectos la
problemática del cambio en la esencia del trabajo diplomático, por no hablar de
la problemática de la calidad de los diplomáticos y cómo elegirlas y que es más
eficaz en la lucha contra la pandemia: ¿diplomático tecnócrata o diplomático
político o diplomático técnico?
En
consecuencia, a la luz de la tensión de la realidad mundial como resultado de
la crisis “Covid-19” y sobre la base de los complejos marcos diplomáticos que a
granel vienen a expresar la dialéctica de la fuente de las estrategias
políticas globales y el destino de la diplomacia tradicional, se hizo necesario
que nos preguntáramos :
1- La
crisis de salud “Covid-19” ¿Refleja las fallas de las estrategias políticas o
las capacidades diplomáticas?
2- ¿Requieren
las apuestas emergentes separación entre diplomacia y diplomáticos?
3- ¿Necesita
la diplomacia una nueva dirección estratégica? ¿o las estrategias deben
revitalizar el papel de la diplomacia?
Lo
que aumenta la gravedad y el peso de estas cuestiones es el hecho de que la
gran mayoría de los conflictos políticos y armados se están produciendo
actualmente dentro de los países, lo que afecta el margen de movimiento
disponible para la diplomacia tradicional, ya que es natural retroceder su
papel e importancia, partiendo del principio y la regla de la falta de
jurisdicción. Además, el papel de la diplomacia tradicional (que ha existido
desde los acontecimientos del 11 de septiembre sobre las dimensiones de
seguridad) ha cambiado con las lecciones aprendidas de las contradicciones de las
estrategias mundiales debido a las implicaciones de la crisis de salud
resultantes del “Covid-19”.
Como
esta crisis se produjo como un golpe repentino al papel de la diplomacia
tradicional, como evidencia concluimos en la importancia de abrir amplias perspectivas
para nuevos tipos de diplomacia.
Brevemente,
en el caso de que todos estos hechos estén vinculados a demandas actuales y
repetidas que piden la creación de una representación oficial de la sociedad
civil mundial dentro de las organizaciones internacionales (que ya está
teniendo lugar), y que puede llegar a la etapa de exigir el derecho al voto,
entonces se hace lógico tomar muy en serio todas estas cuestiones relacionadas
con la diplomacia y su futuro.
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