Dr.
Salam Al Rabadi*
Artículo traducido al español
por el Equipo de la SAEEG.
2020 \ Argentina.
Sobre la base de una evaluación
de las políticas y estrategias que se han adoptado para hacer frente a las
repercusiones económicas y financieras de la pandemia mundial de Covid 19,
además de aumentar la presión como resultado de los difíciles desafíos para
todos los países sobre el déficit a nivel de los presupuestos públicos, podemos
decir que todos los esfuerzos de los políticos y economistas para encontrar
nuevas oportunidades y alternativas en todos los sectores no han logrado los
resultados deseados. Hay que señalar que el problema básico en el mundo moderno
en una relación nivelada entre el desarrollo sostenible y el crecimiento
económico es el de la brecha entre ricos y pobres. Por lo tanto, podemos hacer
la siguiente pregunta:
¿Estamos en la era de la
economía para la economía y no para la sociedad?
Lejos de teorizar y de acuerdo
con las estadísticas y datos sobre la brecha económica (si tenemos en cuenta
que el mayor porcentaje de los ciudadanos son trabajadores o están empleados o
con ganas de emplearse), se debe reconocer que la economía está creciendo lejos
del mercado laboral y tiene un impacto negativo en este sector más que en otros
sectores. Además, si los hechos basados en el interés público siguen siendo el
criterio principal para evaluar una política económica exitosa, podemos decir
que la economía ya no funciona en beneficio de los pueblos. En consecuencia, es
evidente que la brecha entre los principales empresarios y los dueños de la
riqueza, por un lado, y los salarios de los trabajadores, por otro, hará crecer
las dudas sobre la seguridad de la comunidad.
Por lo tanto, si el libre
comercio y la circulación de capitales están iniciando el crecimiento y el
bienestar, y si los objetivos de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
alcanzarán en el futuro a eliminar las restricciones cuantitativas, unificar
todos los derechos de aduana y hacer del mundo una zona de libre comercio, aquí
se deben plantear interrogantes sobre si:
¿Conducirán estas políticas y
objetivos a exacerbar las crisis económicas y sociales? ¿O será un punto
positivo de cambio y transformación?
Se ha hecho evidente que la
competencia entre países (ya sean industriales o en desarrollo) para reducir
los salarios o el salario dará lugar a resultados desastrosos. Esto no
aumentará el bienestar de las comunidades, sino que aumentará la rigidez del doloroso
estatus social. Cabe señalar en este contexto que los salarios más bajos se
reflejan en los precios de las materias primas y que se benefician de ellos
directamente los consumidores de altos ingresos (que no han perdido nada de sus
ingresos como resultado de la reducción del costo de producción). Por otro
lado, son las clases medias y bajas las que pierden parte de sus ingresos y se
ven más afectadas que otras (están más afectadas). Partiendo de esta realidad,
no podemos ignorar la siguiente dialéctica:
¿Quién soportará las mayores
cargas económicas como resultado de las crisis asociadas a la pandemia
Covid-19? ¿el capital o los trabajadores?
En el pasado, la ecuación
económica reflejaba más de cerca la creciente brecha entre los ricos y los
pobres: los ricos se enriquecen y los pobres se vuelven más pobres. Pero ahora,
a la luz de los hechos existentes actuales, esta ecuación ya no es suficiente
para aclarar el panorama, ya que ha quedado claro que una nueva fórmula ha
surgido sobre la base del siguiente principio:
¿Los ricos se hacen más ricos y
los pobres son cada vez más pobres?
Del mismo modo, en caso de una
lectura cuidadosa de la realidad económica actual y basada en el patrón
económico que siguen los gobiernos, donde se está trabajando para aumentar la
carga fiscal sobre el sector laboral y los trabajadores, sin mencionar que el
aumento de las exenciones fiscales y las facilidades proporcionadas por los
gobiernos a las empresas transnacionales, estos patrones económicos y
financieros conducirán inevitablemente a un deterioro, y la reducción de los
ingresos financieros en los presupuestos públicos de los países, que estos
gobiernos tratan de compensar esta disminución de los ingresos es mediante el
aumento de los impuestos a otras clases (pobres) o mediante la reducción de los
servicios sociales (especialmente la atención sanitaria y educativa).
En este contexto, al hacer un
seguimiento de las repercusiones económicas y sociales de la pandemia de Covid
19, se puede decir que hay un defecto moral y económico a nivel de gobernanza
mundial cuando sabemos que hay una alta velocidad en la provisión de dinero
para encontrar soluciones a las crisis financieras y económicas mundiales. En
comparación con eso hay prudencia y miseria extrema cuando se trata de
financiar programas humanitarios con relativamente poco costo.
Por ejemplo, sólo necesitamos decenas de miles de millones al año para
eliminar el hambre y la desnutrición en todo el mundo (y las Naciones Unidas
han aprobado varios programas diferentes para lograr este objetivo), pero estos
programas siguen en papel, sólo debido a la falta de disponibilidad de los
fondos necesarios. Esto es también lo que se puede concluir previamente a nivel
de apoyo a proyectos y programas mundiales relacionados con la lucha contra
epidemias y enfermedades infecciosas, así como esta realidad se aplica
actualmente al nivel de dificultades a las que se enfrentan las Naciones Unidas
(ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el fin de obtener los
fondos necesarios para apoyar la investigación científica relacionada con la
pandemia de Covid 19, lejos de las estrategias políticas, los intereses de los
estados, o las políticas de explotación económica.
En conclusión y a la luz de
cómo los países y las instituciones mundiales abordan los dilemas de la
pandemia Covid-19, estos hechos trágicos (lejos de las dimensiones ideológicas
en el estudio y la evaluación de la economía mundial) nos plantean esta
pregunta dialéctica lógica que suscita mucha controversia:
¿El problema reside en las
prioridades y opciones estratégicas de los países? ¿O es de hecho un problema
de las capacidades reales disponibles para los estados?
* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones
Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future
of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de
Santiago de Compostela, España.