Por Dr. Salam Al Rabadi
Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional(IGADI),Spain.
En principio, las guerras complementan la
política, pero según las preocupaciones de seguridad de Israel, las guerras
parecen ser la regla absoluta y la política son las anomalías. En este
contexto, ha quedado claro que Israel ya no puede mantener su seguridad excepto
acumulando medios de fuerza, pero esta realidad ha aumentado las complicaciones
de sus relaciones con su entorno árabe y también ha reforzado los supuestos que
es imposible de aceptar. Donde no se puede ignorar el hecho de que Israel está
radicalmente alienado del entorno árabe que le fue impuesto. Desde un punto de
vista práctico, Israel no pudo deshacerse o eliminar esta realidad, ya sea
intentando aumentar su poder militar o mediante alianzas políticas (públicas y
secretas) con algunos países árabes, incluida la firma de varios acuerdos de
paz, que demostraron su incapacidad para lograr cualquier logro a nivel del
establecimiento de una paz integral, justa y duradera entre Israel y el mundo
árabe. .
El camino de la negociación y el proceso
de paz árabe-israelí (desde el Acuerdo de Camp David en 1978, pasando por la Conferencia de Paz
de Madrid en 1991, los Acuerdos de Oslo de 1993, el Tratado de Wadi Araba en 1994 y los Acuerdos con algunos estados del
Golfo en 2020) ha
demostrado su fracaso y su total incapacidad para cambiar el enfoque de
seguridad de Israel. Donde, la política de acomodación, alianzas de seguridad y
maximización de la cooperación económica no condujo a ningún resultado
significativo en términos de cambiar las posiciones de Israel. Al
contrario, Israel ha estado y todavía está enfrentando sus problemas de
seguridad a través de una estrategia basada en el rechazo habitual (No) que
reflejan sus constantes de seguridad, las más importantes de las cuales son:
1- No a la retirada completa a las fronteras
de 1967.
2- No a un Estado palestino con plena
independencia.
3- No a detener las operaciones de
asentamiento y desmantelar los asentamientos.
4- No al retorno de los refugiados
palestinos.
5- No a que ningún país árabe o regional
tenga un programa nuclear.
6- No a cualquier desequilibrio en el
equilibrio del poder militar.
En consecuencia, la superioridad militar
sigue siendo el principal elemento del que depende Israel para mantener su
existencia. Su singularidad en este ámbito sigue siendo el verdadero pilar de
su protección, incluso en caso de que se logre la paz. Donde la teoría de la
seguridad nacional israelí siempre se basará en el principio de que Israel se
basa en un área geográficamente limitada. Por lo tanto, mientras exista
vulnerabilidad a nivel de profundidad estratégica, es necesario confiar en una
fuerza disuasoria de ataque que preserve la continuidad de Israel.
Sin embargo, como resultado de las victorias estratégicas del lo que se
llama eje de resistencia en la guerra de julio de 2006, a través de las guerras de Gaza (2008-2021) y la guerra global contra Siria(2011-2019),se han producido cambios radicales que conllevan amenazas, que tendrán
repercusiones muy graves en el destino y la existencia del Israel
En este contexto, el ataque del
movimiento Hamás a los asentamientos y bases militares israelíes en el área que
rodea la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023 fueron una extensión de esta
tendencia ascendente en términos de restablecer el equilibrio estratégico entre
el lo que se llama eje de resistencia y Israel. Esta nueva realidad es
inseparable de muchos acontecimientos ocurridos desde la guerra de julio de 2006 y sus
secuelas, que dieron lugar a muchos acontecimientos geopolíticos relacionados
con la creciente fuerza del eje de resistencia, entre ellos:
-
Adquirir experiencia de combate no convencional: este eje se ha vuelto
capaz en el futuro de librar batallas multinivel que requieren una coordinación
logística masiva.
-
Cambiar el concepto militar basado en el desgaste y la defensa y
sustituirlo por una estrategia ofensiva preventiva: basada en el principio de
penetrar en los territorios ocupados y lanzar incursiones con miles de misiles
al mismo tiempo desde varios frentes diferentes. Cambiando así radicalmente la
ecuación de disuasión mutua con Israel.
Esto es lo que
realmente se vivió en pequeña medida sobre el terreno en la guerra de Gaza de 2021, donde el eje de resistencia, a través del movimiento Jihad
Islámico y el movimiento Hamás, pudo adoptar esta estrategia, que demostró su
eficacia. Las capacidades militares israelíes fueron incapaces de afrontar e
interceptar cientos de cohetes que fueron lanzados desde Gaza al mismo tiempo y
desde diferentes lugares. Por lo tanto, estos desafíos plantean verdaderos
interrogantes, que giran en torno a la siguiente pregunta:
¿Es el estado de Israel capaz de afrontar todos estos
desafíos en cualquier guerra futura?
Es lógico decir que
la naturaleza de los desafíos que enfrenta el estado de Israel a nivel de
estructura y concepto de su seguridad nacional ha cambiado de manera dramática
y fundamental, y entre esos desafíos se encuentran:
1-
El eje de
resistencia cuenta ahora con enormes capacidades armadas que pueden cubrir todo
el territorio del Estado de Israel.
2-
El ejército sirio y
Hezbolá tienen experiencia militar ofensiva fruto de la guerra de guerrillas
con movimientos terroristas .
3-
El Eje de
Resistencia desarrolló su estrategia militar basada en atacar la superioridad
aérea y marítima de Israel.
Aquí hay que reconocer que las
victorias del eje de la resistencia sobre Israel en las guerras del Líbano,
Gaza y Siria han llegado a representar un punto de inflexión estratégico y un
verdadero desafío para Israel. Donde según expertos militares, estratégicos y
de seguridad israelíes Israel actualmente sufre la pérdida de sus
elementos de disuasión más importantes. Por tanto, cualquier nuevo
enfrentamiento militar será complejo y alcanzará todas las zonas de toda el
área de Israel (desde el río hasta el mar).
Parece que el Estado Israel nunca
estuvo tan amenazado como hoy. En este contexto, se puede enfatizar que
la posibilidad futura es inevitablemente la opción de la guerra y la
confrontación integral. La cual no será (como era el caso anteriormente) una
guerra convencional que se desarrolle únicamente en tierras árabes y se decida
por la superioridad militar israelí. Al contrario, esta vez será una
guerra en la que el Estado Israel no tendrá la iniciativa. Quizás
el Israel pueda iniciar esa guerra, pero lo más importante es cómo la gestiona y
le pone fin. Ciertamente no podrá resolverlo en absoluto, pero más que eso, es
probable que esta guerra llegue inevitablemente a todas las calles del propio
Israel.
En principio, según el patrón de
desarrollo de la estrategia del eje de resistencia, es posible enfatizar la
posibilidad y capacidad de este eje de lanzar un ataque integral contra Israel
(y no simplemente adoptar una política defensiva), ya sea mediante una andanada
de drones y misiles desde todos los frentes (Irán, Irak, Yemen, Líbano,
Siria, Gaza), que irá acompañada de un ataque electrónico, de modo que el
sistema defensivo “Cúpula de Hierro” sea incapaz de afrontar plenamente un
ataque tan grande. Ataque a gran escala capaz de atacar y perturbar bases
aéreas y navales, centros militares e infraestructura en todo Israel. Sin
mencionar que esto coincidió con la posibilidad de lanzar un ataque terrestre a
gran escala a través de todas las fronteras dentro de los territorios
palestinos ocupados.
Por ejemplo, según informes y estudios
publicados por centros de investigación e instituciones militares israelíes, Hezbollah
en particular tiene enormes capacidades militares que le permiten ocupar la
región de Galilea en el norte de Israel, con consecuencias nefastas para Estado
Israel. Por lo tanto, si se aborda la ecuación
que está ligada a las enormes capacidades misilísticas de la Hezbollah que
fueron activadas en la guerra de julio de 2006 (Que se llamó el término Haifa y después
de Haifa), y si se añade la ecuación de los drones y las capacidades navales (Que
se llamó el término Karish y después de Karish), entonces es lógico que el
próximo enfoque futuro sea, al menos de acuerdo con la ecuación:¡¡el control
total de Hezbollah sobre la región de Galilea y más allá de Galilea dentro de
la propia Estado Israel!!