Dr. Salam AL Rabadi
2020 \ SAEEG \ Argentina
La realidad de las relaciones
internacionales fuera de la vida académica a la luz de la crisis de la pandemia
de Covid19 parece completamente diferente, donde, el desafío radica en formular
una nueva visión, que pueda defender la integración de los resultados de la
escena mundial frente a los ataques de la idea del vacío intelectual que se
está produciendo ahora. En este contexto y al tratar cuestiones
multidimensionales y de gran complejidad, la cuestión de la metodología
adquiere una importancia excepcional y fundamental.
Por consiguiente, contrariamente al
clamor intelectual y político y a todas las tesis actualmente vigentes sobre el
colapso del unipolarismo como resultado de las repercusiones de una crisis de
Covid19 , podemos decir que la realidad mundial anterior a la crisis expresaba
una etapa de transición en la mayoría de las cuestiones políticas, intelectuales
y económicas debido a numerosos encontramos: han tinedo lugar el paso real de
la comunidad industrial a la sociedad del conocimiento, además de la transición
de la dualidad de la polaridad al monismo relativo y del concepto de la
seguridad clásica dio paso al concepto de la sociedad de peligros relativos.
En consecuencia, estas cuestiones en su
conjunto formaron nuevas pautas mundiales, lo que hizo lógico discutir los
dilemas relacionados con la forma de ver el sistema mundial y tratar de prever
su futuro y la identidad de los principales actores en él. Partiendo de eso,
cuando se hace una lectura de la realidad mundial antes de la crisis de la
pandemia, se puede decir que se ha producido un cambio importante en el
concepto de seguridad mundial, ya que la visión clásica ya no controla la
realidad que se basaba en lograr la seguridad del Estado (es decir, la
seguridad política).
Por el contrario, el concepto de seguridad humana vital allí se ha convertido
en algo que abarca todas las dimensiones: ambiental, económica, cultural y
política, incluidas las dimensiones de la salud y las implicaciones del
progreso tecnológico, etc. Además, como resultado de la creciente influencia de
las empresas transnacionales, las ONG y los individuos, por no mencionar el
surgimiento del terrorismo, las cuestiones ambientales y los problemas de la
revolución biotécnica y la inteligencia artificial en el escenario mundial, se
ha vuelto estratégicamente imposible hablar de un sistema mundial controlado
por un solo polo.
Sobre la base de estos enfoques y
simulando la realidad contemporánea de las relaciones internacionales (ya sea
antes o después de la pandemia), encontramos que está llena de cambios a todos
los niveles, que pueden ilustrarse a través de los siguientes dilemas:
-
El dilema del vacío
intelectual y la ausencia de dimensiones éticas.
-
El dilema de las normas
estatales y estándares de fuerza.
-
El dilema de la dimensión
cultural y su llamada a antendar los patrones globales.
Por lo tanto, en principio, estos cambios en la estructura de la
comunidad mundial fueron un precedente para la pandemia de Covid19 , de modo
que la pandemia vino a confirmar estos cambios, no a anularla o vetarla (como
afirman muchos políticos, investigadores y pensadores), lo que se expresó a
través de las siguientes problemáticas:
1-
¿Pueden analizarse las
relaciones internacionales en el siglo XXI basándose únicamente en el criterio
de la fuerza material?
2-
¿Es necesario un nuevo patrón
filosófico para explicar la nueva realidad de las relaciones internacionales?
3-
¿Qué formas tenemos de cumplir
y definir los requisitos éticos, que incluyen un nuevo concepto de seguridad
humana?
Desde antes de la pandemia de Covid19 en 2020, el siglo XXI ha revisado
nuestras constantes de certeza sobre todo lo relacionado con el hombre, la
sociedad, la política, la economía, la cultura, la ciencia y la ética. Había
muchas teorías que trataban de llenar el vacío intelectual de nuestro mundo,
incluyendo la teoría del fin de la historia, la teoría del choque de
civilizaciones, y la teoría postmoderna.etc. Pero, la más peligrosa de ellas
era en absoluto, una teoría llamada "Post-Humanidad". Desde el
año 2000, con el descubrimiento del mapa genético, la humanidad ha entrado en
una evolución revolucionaria de las ciencias biológicas, que dará lugar a
transformaciones radicales que pueden permitir la posibilidad de cambiar la
naturaleza humana, y sin duda estarán acompañadas de implicaciones éticas(fatídicas) a todos los
niveles, incluidos los políticos y económicos.
En consecuencia, queda claro, sin lugar a duda, que antes de la pandemia
de Covid-19, había cuestiones reales y más serias en cuanto a las opciones
políticas y morales futuras en el campo de la ingeniería genética, por lo que
en el futuro, nos enfrentaremos al mundo de la "Post-Humanidad",
y las repercusiones de la actual pandemia serán sólo un pequeño punto en su
océano. Como los genes humanos se combinarán con otros genes animales( y
posiblemente vegetales), de una manera que hace que no sepamos cuál es el
significado de la humanidad, y por lo tanto el mundo estará lleno de conflictos
y no habrá lugar dentro de él para ningún concepto sobre nuestra humanidad
común.
Esta pauta, a su vez, abre la puerta al dilema de la relación entre la
humanidad y el progreso científico y el alcance de su impacto en la política
mundial, sin mencionar el ritmo del desarrollo intelectual en las relaciones
internacionales. Basándonos esta visión, podemos decir que la pandemia de
Covid19 y sus repercusiones son un resultado, no una causa.
Por lo tanto, la pandemia de Covid 19 no nos ha aportado nada nuevo en
las relaciones internacionales a nivel intelectual y político, salvo destacar la importancia de
crear un sistema global de valores que rija el comportamiento de las
sociedades, los estados y las instituciones y organizaciones mundiales. La
cuestión de los valores y sus transformaciones, estará en la vanguardia de las
cuestiones intelectuales actuales y futuras en la política mundial. De modo que
el cambio pasa de centrarse únicamente en los factores económicos y políticos,
a ocuparse de los factores culturales que influyente y potencian el abordaje de
las cuestiones mundiales (ya sea en términos de interpretación o de búsqueda de
soluciones a las mismas).
En este contexto, y de acuerdo con
la metodología de la autocrítica y la lógica histórica, podemos plantear la
cuestión de si caímos en la trampa de la urgencia de llenar el vacío teórico
que explica los dilemas globales. El plazo de todas estas nuevas pautas
mundiales no superó los 20 años, y ese período de tiempo no puede darnos
connotaciones e indicaciones fijas. Por lo tanto, ¿qué podemos decir sobre
todas estas proposiciones y rumores actuales relacionados con las repercusiones
de la pandemia de Covid19, que aún no
tienen más de unos pocos meses?
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